21 de septiembre de 2007

go home

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La policía lo interrogó durante 8 horas sin conseguir una mísera palabra. Al borde de la histeria, el capitán creyó tener una gran idea. Hizo llamar al agente más novato al que apodaban "mota". Mota era más bien bajito, con gafas, tímido. Tenía el aire de pertenecer a la policía por simple azar.

-Mota, -le dijo a solas -ésta es tu gran oportunidad. No tienes nada que perder. Nadie ha conseguido sacarle nada, ni siquiera sabemos qué idioma habla. Si consigues que diga algo, cualquier cosa, te ganarás a la gente.

Mota se limitó a hacer un gesto afirmativo al capitán, quien le respondió con una palmada en la espalda, y entró en la habitación cabizbajo entre los cuchicheos y la mofa de aquellos que ya habían realizado el interrogatorio sin ningún resultado.

Allí estaba el presunto asesino, serio, sudoroso y ante todo terriblemente fatigado. Mota no era un gran agente, eso lo sabía, pero sí era una persona comprensible y esa era su baza.

- Yo no te voy a preguntar por tus padres, por qué has hecho, por cómo, cuándo, si eres agresivo o si estabas enamorado de tu hermana. Lo único que me pregunto y que me interesa saber es dónde está tu hogar. ¿Me entiendes?

Incluso desde dentro de la estancia se escucharon las risas de los agentes tras la ventana. El sospechoso lo miraba desconcertado. Mota se acercó al sospechoso todo lo que pudo.

- Mi hogar no está aquí. Soy tan desgraciado que ni siquiera está en mi propia casa y si alguna vez estuvo en esta ciudad, ahora tampoco. Toda la gente que quería ya no está. Mis amigos emigraron, mi mascota murió y mi familia no me entiende. ¿Quieres saber dónde está mi hogar?

- Me importa un huevo - dijo el sospechoso.

Mota salió de la estancia sonriendo. Estaba orgulloso, había hecho hablar al sospechoso y además confirmaba su teoría: Sus sentimientos no le importaban a nadie. Quizá tuviera que matar a alguien para que le preguntaran por si mismo. Quizá para entonces no quisiera contestar a nada.

28 de mayo de 2007

Competición

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Hoy en día poca gente practica deporte por afición. Lo hace por competición. A veces tengo la sensación que incluso cuando juego con los amigos a cualquier cosa parece que me quieren ganar...

Supongo que es cuestión de la competitividad que se ha instalado en nuestra sociedad y que en ocasiones nos hace ser mejores, y en otras nos enfrenta entre nosotros.

La tercera regla del saque de padel dice:

"Un jugador manco podrá botar la pelota utilizando para ello su pala."

Creo que me haría muy feliz ver ganar a un manco un torneo de padel. ¿Sería posible? ¿Acaso le dolería más al contrincante derrotado? Piénsalo, ¿te dolería más a ti perder contra un manco?

Si la respuesta es sí, bienvenido a la competición. Si te lo has pensado, muy posiblemente hayas luchado contra la hipocresía. Y si dices que no... ¿Has dicho que no? ¿Sin pensarlo ni un poco? ¿Seguro que juegas al padel?

14 de mayo de 2007

¿Qué significa alalkas?

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Muchos me han preguntado a qué es debido el título de este blog. Algunos creían que alalkas era una palabra extranjera, quizá india. Otros pensaban que no significaba nada. En realidad sí, significa algo y hoy me he decidido a contarlo.

Alalkas es un pequeño relato que escribí en mi adolescencia y del cual no he tocado ni una coma desde entonces. Dice así:

Loco de histeria y gritando aquella palabra impronunciable se dirigió escaleras abajo. Cuando abordó la calle, observó como moría toda persona que se interpusiera en el camino de su voz. Y lo último que oían aquellas pobres gentes era aquella garganta que chillaba fuera de sí: ¡Alalkas, alalkas! Y lo último que pensaban, más allá de qué estuviera ocurriendo, de porqué sangraban sus costuras, lo último que cabía en su mente era: ¿Qué significa alalkas?

Repitió su grito durante días, sin que nadie en aquella sociedad lograra frenarlo, ya que por muchos protectores auditivos que se colocaran, el solo roce del sonido provocaba la muerte.

Uno por uno, fue exterminando a toda la humanidad hasta que aquella palabra volaba por el aire sin posibilidad de que nadie más la escuchara, nadie más salvo su emisor, que optó por no gritar más, pero aún así el eco de aquella palabra rebotó libre 2 días hasta que el sonido se fue debilitando y se apagó.

Finalmente, y solo en el planeta, el golpeteo de sus lágrimas cayendo sobre el asfalto era el único sonido humano que se podía oír. Lloraba de alegría, por fin estaba sólo. Siempre fue muy callado, y le producía verdadero dolor tener que decir algo simplemente por no estar en silencio, hablar por hablar. Así, la última persona en pedirle explicaciones por su mutis fue la primera en escuchar aquella palabra sin significado, tan sincera y tal muestra de la estupidez humana que sólo su roce, provocaba la muerte.



10 de mayo de 2007

Seda

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Creo que la primera imagen que tengo que Diego es en clase, con apenas 6 años. Él se sentaba en las primeras filas y portaba unas gafas siempre grandes y redondas que escondían unos pequeños ojos listos. Y en verdad era el más inteligente de clase. Bien educado, aunque un poco resabido, era sin duda el más culto y refinado de todos los niños. Cuando había que jugar, chutaba al balón como cualquiera, pero hablando de ciencia, de libros, de películas y debatiendo sobre cuestiones filosóficas siempre fue unos años por delante del resto.

Continuamos siendo amigos, casi siempre muy próximos aún cuando estudiamos carreras distintas.

Y aunque su amistad siempre ha merecido la pena, hoy he descubierto que Diego nació con una misión superior, como esas pequeñas larvas de gusano que, pensando haber nacido para retorcerse, sin saberlo dejan tras de sí una preciosa seda que es vestida por preciosos cuellos de diosas, que son todas las mujeres.

Diego nació y fue mi amigo para dejarme un libro. Simplemente por eso. Simplemente Seda.




Maravilloso. Melancólico. Casi perfecto, que es lo más que se puede decir de algo hecho por la mano del hombre.

Gracias Diego y aunque hayas cumplido tu misión, puedes seguir con nosotros muchos años... Aún te queda mucha seda.

2 de mayo de 2007

7 ERASMUS EN 7 MINUTOS

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De todos es conocida mi afición al cine, y no sólo a verlo y disfrutarlo, sino también de participar en este arte, haciendo pequeños cortometrajes y aprendiendo de manera autodidacta (de momento).

Si sumamos esta afición a mi estancia hace dos años de Erasmus en Nancy, Francia y a mi actual trabajo en Relaciones Internacionales de la Universidad de Valladolid, sólo faltaba una excusa.

La excusa fue la celebración del 20 cumpleaños del programa Erasmus, y el resultado el Vídeo: "7 ERASMUS EN 7 MINUTOS", presentado y aplaudido en la ceremonia de celebración.

Mi inspiración han sido los valientes que salimos fuera y muy especialmente esa gran cantidad de Erasmus que nos visitan cada año; gente abierta que alegra y colorea nuestras calles, facultades y bares.

Puedes verlo y descargarlo (te recomiendo descargarlo pues online quizá te vaya lento), compartirlo, difundirlo todo lo que quieras. Está disponible en: http://www.relint.uva.es/video/index.asp

Aunque aquí podéis verlo tb:





Como digo, ha tenido mucha aceptación, más que por la calidad técnica (que también me han felicitado, amén de que se ha hecho todo lo posible con una cámara digital casera no muy mala, un trípode viejo que chirriaba y un micrófono no-inalámbrico), por el buen ambiente y calidez que se percibe.

Todo ello me anima a continuar con esta afición que, ójala, se convierta algún día en profesión. Si no es así, creo no haber perdido el tiempo pues atesoro cada momento de grabación, las tomas falsas, los preparativos, el montaje... De todo aprendo y con todo me divierto.

Gracias a todos por vuestro actual y futuo apoyo, ánimo e incluso comentarios (pocos pero fieles) en este blog.

21 de marzo de 2007

SOS adolescentes

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Creo que el periodo de los 14 a los 17 ó 18 años es la peor época de todo ser humano. Hasta entonces, generalmente los niños son tan estupendamente ingenuos, tan desconocedores de cómo funciona el mundo que, simplemente, son felices. Yo por lo menos lo fui, y de vez en cuando aún sueño con aquellos magníficos veranos pueblerinos, y me despierto feliz. Es mi cielo particular, ese periodo espacio y tiempo donde no me importaría estar para siempre.

Después de los 18 años (a veces se alrga más) se suele tener algo más de dinero y libertad. Se abren las puertas del trabajo profesional o unos estudios superiores con la promesa de un futuro cercano mejor. Se es soñador, se tienen energías y más posibilidades de todo tipo.

Entre los 13 y 18 no se tiene ni ingenuidad, ni metas claras... Apenas nada sino dudas, de lo que se hará en un futuro, de con cuál de los padres es mejor vivir si se separan o incluso de a qué saben los besos de esa persona que me gusta. Surgen las compañías más o menos desafortunadas, los cigarrillos en el recreo, la primera copa y las mentiras a los padres. Las chicas se desarrollan rápido y pasan horas hablando con las amigas, de cualquier cosa. Los chicos descubren que las chicas se desarrollan rápido y pasan horas hablando con los amigos acerca de las chicas... Les cambia la voz y, sospechosamente, empieza a gustarles la ducha.

En el fondo es una transición natural y necesario, que nunca me han gustado, ni antes de ser adolescente, ni siéndolo, ni ahora que ya no lo soy.

Aquí presento un extracto real que presencié el otro día y que me recordó esta querida fase, y me dio pie a este post y a pensar....



DE: una madre de una chica adolescente (14 años), rubia quizá no natural, 50 años, muy maquillada, pequeñas arrugas, patas de gallo.
SITUACIÓN: ella conduce su pequeño coche semi nuevo con su manicura recién hecha. La compañía le pregunta qué tal su hija.
DISCURSO:

"¡Me tiene! Estoy que no vivo. Está todo el día hablando por teléfono que vienen unas facturas que se lo he prohibido. Hace sus deberes, eso sí, es verdad que es buena estudiante, sino me da algo. Pero me da igual, porque ahora habla por internet con sus amigas o yo qué sé. ¡Y lo que cambia de dentro a fuera de casa! Cuando nos encontramos con alguien luego me dicen que qué chica tengo, qué simpática, que qué suerte tengo... A ver, fuera se porta fenomenal, y yo pienso: ¡Ay si vieran cómo es en casa! A mi me trata fatal (detiene el discurso pues se emociona al pensarlo). O me llaman del colegio o cuando voy a las reuniones me dice su profesora que siempre hace los deberes y que se porta muy bien. Y con su padre fenomenal, el otro día le mandó una carta que le quería mucho y le echaba de menos. A mi me da vergüenza cómo tiene la habitación, pero no la puedo decir nada. ¡Uy cómo se pone! Se pone... Yo no puedo decirla nada. Cierro su puerta cuando viene alguien. Mira, a mi nunca me da un beso ya. Hace que no me da un beso que, que ni me acuerdo. Ni por navidad ni nada. Y el otro día estoy hablando con la madre de una amiga suya y me dice que la diga que de parte de su hija que la de un beso, y ella que también y que la quiere mucho. Y yo, ¡la mato! Me tiene..."


... y a pensar que la edad de padre/madre de adolescente tampoco debe ser muy buena.

21 de enero de 2007

tiempo para soñar

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Espero el día en que, en uno de esos huecos de relleno del telediario, un estudio de alguna universidad americana me confirme mi sospecha; Cuanto más pensamos, más ideas originales tenemos y más soñamos.

Y es que en las fechas de gran actividad mental, como los periodos de exámenes, las ideas creativas fluyen por las autopistas de la corteza cerebral, volando hasta el límite del condado donde está el punto de no retorno en el que te planteas abandonar tu actividad para apuntar tal idea ó esperar a tener más tiempo para retomarla. Ese es el punto en el que la idea se suele colar por el sumidero y caer en el olvido.

En esas fechas, los sueños son frecuentes y de larga duración y suelen ser, bien pesadillas oscuras, como una película de cine negro, o bien una combinación surrealista de gente que va y viene, amigos que ya no ves y muchos cambios de escenario. En cualquier caso, la falta de tiempo siempre coarta su estudio y, tras el desayuno, aquella aventura propia de un cuadro de Dalí ya está olvidada.

En "estas" fechas, es una pena el torrente de ideas perdidas y de sueños no degustados, sin más tiempo que para escribir una triste cita en tu blog....